La lluvia me ha ayudado en este día bonito a la vez que de sufrimiento. Me ha ayudado a pensar y darme cuenta de lo que está pasando en realidad. Una realidad que, por una parte, me gusta pero que, por otra, me mata. Y sé que la realidad no podrá conmigo, la miraré de frente y le diré que se vaya, que aquí no tiene nada que hacer. El simple hecho de que la realidad venga a por mí a destrozarme un poco la vida me parece absurdo e innecesario. Es posible que la gente piense que debería ser realista y aceptar todo lo que está pasando pero a esa gente voy a decirles una cosa: Seré realista cuando crea que voy a ser feliz viviendo esa realidad, mientras tanto seguiré soñando.
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