Si lo contara todo y no me creyeran, tendría mis pruebas. Y en el caso de que me creyeran, pensarían que estoy loca, que necesito ayuda. No lo entenderían. La gente acostumbrada a esto pensaría que son pocas, pero no es el caso. Aunque hace tiempo que no aumentan, no sé si habrá llegado ya el final. Eso depende de mí. De si soy lo bastante inteligente como para que no vuelva a ocurrir o si soy tan estúpida de volver a hacerlo. Lo malo no es el hecho de hacerlo, sino las causas y las consecuencias. No quiero que nadie se preocupe por mí si las ve, y mucho menos quien me quiere, si es que hay alguien que lo haga de verdad.

Javi.

Lo que más me gusta de él es que aunque nunca nos digamos 'te quiero' ni cosas así, ambos sabemos que el cariño está ahí. Que si pasa algo, ambos vamos a preocuparnos por el otro. Que nos vamos a echar de menos. Que siempre nos echaremos unas risas juntos. 

Que es un gran amigo.

Alcohol.

Se ahogaba en el alcohol fabricado con su dolor. Creía que así todo lo malo desaparecería pero lo único que hacía era martirizarse aún más. Nada volvería a ser como antes y lo sabía pero a pesar de todo, lucharía por conseguir que el alcohol que inundaba sus noches fuese el alcohol que acompañaba a sus alegrías y no la medicina inútil que se creó a sí mismo.